¿Recuerdas cuando eras un niño?
Cuando jugabas a la pelota con tus amigos en la calle o cuando corrias con el resto de los compañeros de cole.
Cuando no tenías ninguna barrera más que el horario que te ponían tus padres para volver a casa o el cuaderno de deberes que había que llevar terminado al día siguiente. Todo era explorar, nada de limitaciones.
¿Y qué es un empresario más que un explorador?
¿Qué es un emprendedor más que una persona que busca hacer algo que el resto no hace?
Entonces, ¿no sería mejor para conseguir crecer como empresario ser más NIÑOS y menos adultos?
Hay algo que viene en la naturaleza de cada persona y es que su cerebro, TU CEREBRO, te protege de que te pase cualquier desgracia.
Pero en esa protección no tiene límites, lo que hace que tengas miedo de todo, de emprender, de vender, de llamar, de soñar.
Todo lo que se sale del control, todo lo que hay que explorar, es nuevo y es una amenaza.
Por tanto, crecer con tu empresa, requiere explorar y es una amenaza para ti y para tu cerebro.
**Dentro de estas amenazas y/o sesgos que nos limitan encontramos algunos como:
1.-El cliente siempre tiene la razón.
Esta idea ha convertido negocios potentes en grandes esclavos. Y es tan absurda como que nadie, ningún cliente, sabemos lo que queremos. Podemos tener una idea, pero, pero, la decisión la solemos tomar de forma apresurada y poco reflexionada. Otro tema es como la justificamos.
Por eso, deja de dar la razón a tu cliente y empieza hablarle al justificador que lleva dentro.
2.- ¿Quién pone tus precios? ¿Tú o tu proveedor?
Normalmente pensamos que nosotros somos los que ponemos los precios. De repente, pregunto y tachán.
Yo claro que los pongo, lo que me manda el proveedor, le calculo el coste adicional, le aplico un margen y listo. Y si el proveedor te sube el precio. Pues lo repercuto en el precio final.
Entonces, ¿Quién pone tus precios, tú o tu proveedor?
3.- Si creas una empresa será para ganar dinero.
Cuando le pregunto a un empresario para qué ha creado su empresa, todo son argumentos maravillosos, abstractos y superiores. Si no tienes un fin medible es muy difícil saber si lo estás haciendo bien o mal. Si vas hacia el objetivo o vas en línea contraria.
Nos da miedo decir que queremos conseguir beneficios y ganar dinero y esto nos facilita buscar argumentos justificativos cuando, en realidad, no ganamos ni para pagarnos un sueldo. Si has montado un negocio, te animo a que busques ganar pasta.
Hasta las ONGs y Fundaciones deben hacerlo porque si no, sólo hay un final, el cierre.
4.- Estas todo el día apagando fuegos y no hay tiempo para la ESTRATEGIA
Hay una nueva moda que es decir y parecer que estas muy muy ocupado. No sé si te ha pasado, pero con cualquiera que te encuentres te dice:
«Es que no doy abasto».
«No sé dónde tengo la cabeza porque no paro ni un segundo».
«Es que no puedo pararme ni a respirar».
Esta nueva tendencia que nos lleva a un mundo de gente super ocupada e hiperconectada hacia la nada de una pantalla, convierte lo importante, el parar, pensar, estudiar soluciones y tomar decisiones, como un DEPORTE DE ALTO RENDIMIENTO.
Sólo unos pocos super atletas lo hacen. Y quien lo haga, será el que lleve su negocio (y su vida) a otro nivel.
Deja de correr somo pollo sin cabeza y ponte a parar, pensar y desarrollar estrategias a medio plazo para tu negocio. Este será el secreto de tu éxito.
5.- Vivimos en la rueda del trimestre.
Esta rueda se repite cada trimestre y te la describo a ver si te suena.
Empezamos tranquilos porque venimos de dar un fuerte arreón en el cierre del trimestre anterior. Y con la tesorería llena.
Al pasar el primer mes, muy por debajo de lo esperado, empezamos a ponernos nerviosos y ver que no vamos según lo previsto.
A finales de este segundo mes y cuando ya hay que pagar nominas, impuestos…, empiezan los nervios y las prisas.
Necesitamos cerrar ventas y para ello lanzamos campañas, rebajas, ajustes y todo lo que suponga bajar nuestro beneficio.
Así apretamos el último mes, apagando fuegos, cerrando clientes como sea y al precio que sea para poder llenar la tesorería y volver a salvar ese mes y el trimestre.
Así, nos quedamos sin apenas beneficios y hemos salvado el trimestre a base de facturación y apagar fuegos. Y volvemos a empezar, en el primer paso.
Esto se repite TRIMESTRE A TRIMESTRE.
Es posible que todo lo que has leído hoy sea algo que no te ocurre en tu caso, ni en tu negocio. Es probable que alguno de los 5 puntos se repita de manera constante. Y es bastante probable que muchos de esos puntos te han sacado una sonrisa y un pellizco en la barriga.
La mejor fórmula para cambiar algo es ser consciente de que existe el problema.
Espero que este artículo te haya servido para ser consciente del problema.
Y de que, si volvemos a ser NIÑOS, a atrevernos, a explorar y a cambiar las cosas podremos SUPERAR ESTAS BARRERAS.
Buen día.